Estamos en el año 30 antes de Jesucristo. El Imperio Romano se extiende por los tres continentes conocidos de Europa, África y Asia Menor.
Toda Hispania está ocupada por los romanos…. ¿Toda? ¡No!
Un pueblo formado por irreductibles cántabros resiste, todavía y como siempre al invasor.
Y la vida no es fácil para las guarniciones romanas que no han sabido ocupar estas verdes tierras de la Citerior, acariciadas por el océano, cuyos intentos han sido frustrados por este aguerrido pueblo.
Así que Augusto decide tomar riendas en el asunto, para entablar una guerra de 10 años, entre el 29 A.C. y el 19 A.C., que la historia pasó a llamar Las Guerras Cántabras.
Una vez concluidas, se construyó la ciudad romana de Julióbriga, la más importante del Norte de Hispania, y que ha quedado a nuestro servicio para conocer nuestros orígenes e historia.
A continuación puedes conocer todos los detalles de la ciudad romana de Julióbriga, una de las mayores joyas históricas que disfrutar en Cantabria con niños.
Y para completar el plan, tienes un montón de ideas para disfrutar en una de las comarcas más bellas y completas de la Tierruca.
¿Te vienes? 😉
¿Cómo llegar a Julióbriga?
Para llegar a Julióbriga tienes que acercarte a la comarca de Campóo, en el extremo sur de Cantabria. Está a unos 5 kilómetros de Reinosa, y se accede por la salida 133 de la Autovía A-67 (Reinosa Sur/Matamorosa/Polígono Industrial) que une Cantabria con la Meseta.
En esta salida encontrarás un cartel que indica Bolmir/Retortillo y también la Ciudad Romana de Julióbriga. Sigue este cartel por la carretera CA-732 y en menos de 2 kilómetros encontrarás un desvío a mano izquierda por el que subirás hasta Julióbriga.
Las coordenadas geográficas de Julióbriga son Latitud:N 42º 59′ 6″ Longitud:O 4º 6′ 48.6″ y esta es la dirección Google de Julióbriga. Como puedes ver, no tiene pérdida 🙂

Si tenéis ganas de caminar o de ir en bicicleta, te recomiendo llegar en tren hasta la estación de Reinosa en el cercanías de RENFE y acercarte hasta el área recreativa de Requejo.
El área recreativa de Requejo se encuentra a orillas del río Ebro con mesas y barbacoas en donde pasamos una mañana genial mientras esperábamos a nuestro turno para visitar la Domus de Julióbriga.
La distancia entre la estación de Reinosa y Julióbriga es de 5,2 kilómetros si se pasa por el área recreativa de Requejo, por un carril bici la mar de agradable. Solo tienes que subir el último repecho de 500 metros hasta llegar a la ciudad romana de Julióbriga.

Historia de Julióbriga
El emperador César Augusto fundó la ciudad romana de Julióbriga en honor a su padre adoptivo, su tío abuelo Julio César. Por ese motivo, la llamó «ciudad amurallada de Julio» o Iulobriga.
Julióbriga se erigió sobre una colina dominante a 917 metros de altitud, desde donde se disfruta de unas vistas preciosas de la comarca de Campóo y de un joven río Ebro que comienza a serpentear en su largo trayecto hasta el Mediterráneo.

Se construyó entre los años 15 A.C. y 13 A.C. por la Legio IV Macedónica romana, probablemente sobre un antiguo Castro Cántabro, y tuvo su apogeo durante los siglos I y II D.C. como enclave comercial entre la Meseta y los puertos de la actual Santander (Portus Victoriae) y de Suances (Portus Blendium).
Efectivamente, la ciudad romana (civitas) de Julióbriga gozaba de un emplazamiento estratégico como enlace entre las rutas terrestres que comunicaban el comercio entre las ciudades con el Norte a través del río Besaya y el Mediterráneo a partir del río Ebro.
La civitas era una comunidad de habitantes dotada de un estatuto jurídico y un territorio del que extraer recursos. El arcaísmo de la sociedad cántabra dificultó la implantación del modelo romano y explica que fuesen pocas las comunidades que contaron con centros urbanos.
Su esplendor duró unos 250 años fruto de una nueva organización social, nueva lengua, instituciones políticas, cultura y dioses nuevos.
En sus excavaciones se han constatado la actividad agrícola y la ganadera bovina, cuyos excedentes generaron comercio con el resto del Imperio Romano, por lo que se han encontrado joyas en el yacimiento, y que se pueden ver en el MUPAC de Santander.
El historiador y geógrafo Plinio el Viejo, la principal fuente para conocer la Cantabria antigua, escribió que de todas las ciudades del Norte, Julióbriga era la única que merecía la pena.
Efectivamente, durante la Pax Romana Julióbriga fue una ciudad próspera del norte de los territorios hispánicos.
El Foro era el centro de la vida pública, a imagen de Roma. Las viviendas eran casas bloque. Muy bien adaptadas a la necesidad rural.
Junto al Foro nos encontramos con las casas más pobres, las casae o tugurium (¡ya sabemos de dónde procede la palabra tugurio!) de unos 35 m2, y en la que convivían con el ganado las familias que se dedicaban a la agricultura, ganadería, hierro, alfarería o madera.

Dentro de las ciudades era frecuente encontrar gentes que contaban con un pequeño establecimiento comercial o taberna que a la vez les servía de vivienda.
Las tabernae podían ser construcciones exentas o bien encontrarse adosadas a otras edificaciones. Asimismo las estancias más próximas a las calles de diversas domus sirvieron como tiendas y sus trastiendas como viviendas de los encargados.
En el área de la Llanuca se encontró una casa de 1200 m2 en torno a un peristilo y otra con un sistema termal, que sería lo que hoy en día se conoce como mansión.
Separada por el camino de acceso a Retortillo apareció la Casa de los Morillos, perteneciente a una familia de clase media, y cuya réplica es la Domus de Julióbriga que pasaremos a explicar a continuación.
Actualmente se encuentra en excavación la Casa de los Mosaicos, de similares características, en torno a los 750 m2.
La ciudad estaba estructurada en torno a dos vías principales, el cardum y el decumanum, y ocupaba un kilómetro de longitud. En todo el yacimiento encontramos pozos.
El potencial del yacimiento es mucho mayor, porque solo se ha excavado en torno a un 5% de su totalidad desde que comenzó su investigación en los años 40 del siglo pasado.
Poco a poco fueron volviendo las tradiciones cántabras, por lo que se conoce a Julióbriga como una ciudad romana con el espíritu cántabro. Se fue abandonando paulatinamente y su desaparición finalizó en el Siglo III. En ella se encuentran restos de la Edad de Hierro, la época Romana y de la Edad Media.

Precio de las entradas de Julióbriga
La entrada a la Domus de Julióbriga tiene un precio de 3€ a partir de los 13 años, entrada reducida de 1,5€ para los niños de 4 a 12 años y gratis de 0 a 3 años, ambos inclusive.
La taquilla permanecerá abierta 10 minutos antes de la visita, y la visita a la Domus de Julióbriga está cerrada los lunes, el 1 y 6 de enero, 24, 25 y 31 de diciembre.
La visita guiada al yacimiento de Julióbriga es separada, aunque se entiende muy bien si tan solo se hace la visita a la Domus, y tiene los mismos precios.
Te recomiendo reservar con antelación la visita guiada a Julióbriga, que se puede hacer en el siguiente enlace de los Centros Culturales de Cantabria. Así podrás conocer su disponibilidad horaria. También se puede llamar al 942 598 425
Y no olvides que por 1€ más, también se puede acceder al yacimiento cántabro-romano de Camesa-Rebolledo. En ella se conoce un antiguo asentamiento romano entre los siglos I y III D.C. que se usó en dos ocasiones posteriores como necrópolis visigoda en el siglo VI y medieval a partir del siglo VIII.
Y si estás fuera de Cantabria, o quieres disfrutar de la visita a la Domus de Julióbriga desde la comodidad de tu casa, lo puedes hacer en el siguiente enlace del tour virtual, que facilitan los Centros Culturales de Cantabria. ¡Todo un lujo! 🙂
La Domus de Julióbriga
La Domus de Julióbriga está inspirada en la Casa de los Morillos. construida en los años 80 de nuestra era sobre un solar de unos 700 m².
La Domus de Julióbriga representa a casa romana por excelencia, organizada en torno a un patio porticado o peristilo. Responde a un modelo de vivienda señorial extendido por todo el Imperio romano, al ser adoptado por las élites locales como uno de sus signos de identidad.
Estas grandes viviendas de tipo mediterráneo estaban mal adaptadas al clima de montaña propio de Julióbriga, y los atrios se fueron cerrando paulatinamente.
En este tipo de viviendas residían unas 30-40 personas entre la familia y los siervos.
La Casa Romana
La casa típica romana, conocida como domus, difiere bastante de la actual. Su aspecto exterior era sobrio, de paredes lisas, con muy pocas ventanas. Normalmente constaba de una sola planta y estaba edificada alrededor de un pequeño patio a cielo abierto o atrio (atrium) que proporcionaba ventilación y luz.
En el centro del atrio se situaba un estanque (impluvium) que recogía el agua de lluvia. Ésta entraba por una abertura o compluvium, a través de las vertientes del techo. Alrededor del patio se repartían las habitaciones (cubicula).
A las casas de atrio más complejas se les añadió un segundo grupo de habitaciones dispuestas alrededor de un patio columnado más grande, el peristilo, que en realidad era un jardín interior.
Una gran habitación, el tablinium, servía como unión del atrio y peristilo. Puertas o, más frecuentemente, cortinas cerraban esta estancia de miradas indiscretas. Se trataba de la habitación donde el dueño de la casa recibía a los visitantes, a sus clientes, sin perturbar la intimidad de la casa.
Con el tiempo, el peristilo acabó convirtiéndose en el elemento articulador de la casa.
A los lados del patio o jardín se disponen las habitaciones privadas de la casa. Así, el triclinium, de doble largura que anchura, es el espacio consagrado a comedor. Como ya se había extendido la costumbre griega de echarse para comer, existía esta habitación especial adaptada para la presencia de tres lechos.
Para facilitar el servicio, el triclinium se abría por una gran puerta al peristilo. Los lechos, dispuestos en U, podían recibir a varios comensales que apoyaban su brazo izquierdo sobre un cojín; el lugar de honor era ocupado por el primer invitado del lecho superior.
Durante el verano, los romanos cenaban aire libre y sacaban los lechos bajo los pórticos del peristilo o al jardín exterior (viridiarium). La iluminación era facilitada por grandes candelabros y lucernas.
La visita comienza con una proyección audiovisual y la explicación de una maqueta de todo el yacimiento, que nos explica sus antecedentes históricos y la ubicación de cada uno de los barrios, el foro y del Templo en honor al dios Júpiter.
Existían también en la casa romana otros espacios privados, como son los servicios, la cocina o los baños. Los retretes (latrinae) estaban próximos a la cocina (culina), situados en el trayecto de las aguas sucias.
Las casas más lujosas podían contar con pequeñas termas o baños, que se componían básicamente de tepidarium -la sala templada- y caldarium, la sala caliente, que contaba con una pequeña bañera.
Posteriormente se pasa a conocer cada una de las estancias de la Domus de Julióbriga:
ATRIVM
El atrio era la parte central de la casa romana.
Funciona como una pequeña plaza en miniatura, cuyos pórticos sirven de acceso a las distintas dependencias domésticas.

En época imperial romana, el antiguo atrio dotado de impluvium para la recogida del agua de lluvia da paso a espacios más amplios y abiertos, que albergan pequeños jardines y estanques.
En el norte de Hispania van cerrando los atrios debido a las bajas temperaturas que se alcanzaban en invierno.
LARARIVM
La familia romana honraba diariamente a las divinidades que presidían el hogar. Se les ofrecía flores y alimento en un pequeño santuario que era un templo en miniatura decorado con esmero. Este tipo de hornacinas es todavía muy típico en ciudades del sur de Italia como Nápoles o Bari.
CVLINA
La visita a la Domus de Julióbriga continúa por la cocina, que se situaba generalmente en un lugar apartado de la casa. Era la zona de servicio por excelencia.
En su interior se encuentra el fogón, elevado sobre un pequeño receptáculo para guardar la leña y el carbón. Para evitar los humos los romanos empleaban brasas, previamente reducidas en el exterior de la vivienda.
Curiosamente, la cocina se suele asociar con la letrina y los baños, para aprovechar mejor el sistema de entrada y salida de aguas de la casa.

TRICLINIVM
Los muebles solían ser escasos en las estancias de la casa romana. Para un comedor bastaban los lechos donde apoyarse, una pequeña mesa y una silla o butaca, reservada normalmente para las mujeres.
La decoración la daban las pinturas murales, de escenas míticas, perspectivas arquitectónicas y pequeños frisos. Los suelos de mosaico realzaban el conjunto de la estancia.

CVBICVLVM
La visita a la Domus de Julióbriga finaliza por el dormitorio, o cubiculum.
El lecho era el mueble principal en la mayoría de las casas romanas. Preside la alcoba, lugar de descanso y reducto de la vida conyugal.
Por su carácter reservado e íntimo, el dormitorio sirve también para las confidencias, las recepciones y el aseo.

EL MUSEO DE JULIÓBRIGA
La visita a la Domus de Julióbriga finaliza con una zona de exposición en la parte superior de la vivienda.
En este museo se exhiben varios objetos que son réplicas de los encontrados en este yacimiento, así como en otros repartidos por Cantabria.
Las leyendas en las paredes son súper útiles para conocer la historia de la época y el contexto bajo el que se construyó la ciudad romana de Julióbriga.

El Yacimiento de Julióbriga
Una vez finalizada la visita a la Domus de Julióbriga, nos acercamos al yacimiento original en el que se encuentran los restos de Julióbriga.
La visita a Julióbriga se puede realizar también de forma guiada. En nuestro caso decidimos hacerla por nuestra cuenta, porque se puede entender muy bien después de la proyección y de la visita a la Domus.
En cualquier caso, es impresionante ver una edificación de hace más de 2.000 años.
A nosotros nos ayudó mucho, porque este año nos había tocado estudiar a los romanos en la clase de Sociales, y la visita a Julióbriga es de lo más didáctico.

💡 Más ideas
La comarca de Campóo es una de las más bellas y completas de Cantabria.
No solo por su historia, que no es poca, sino también porque puedes esquiar en invierno en Brañavieja o bañarte en las playas más altas de España en verano.
Aquí tienes alguna idea más que puedes disfrutar para completar el día en Julióbriga. Hay un montón de planes más. Si quieres, los puedes poner en la sección de comentarios al final del artículo.
- El yacimiento de Camesa-Rebolledo
Como comentaba, un complemento genial a la visita a Julióbriga es que si pagas 1€ más por persona, se puede acceder en el mismo día al el yacimiento cántabro-romano de Camesa-Rebolledo en la vecina Mataporquera, por lo que solo suponen 4€ por las dos visitas.
La reserva se puede hacer llamando con al menos un día de antelación al 942 598 425

- Un baño en el río Ebro
Como nosotros fuimos en verano, y en Santander se ve que perdimos esta estación, seguimos el curso del río Ebro por la CA-730 a mano derecha (en sentido opuesto a Reinosa) hasta encontrar un paraje en el que bañarnos.
En este caso lo hicimos en Horna de Ebro, que es un pueblo precioso, pero te vas a encontrar un montón de sitios en los que puedes hacerlo.

- Poblado Cántabro de Argüeso
Lo siento, pero aquí no voy a ser imparcial. La visita al Poblado Cántabro de Argüeso es uno de mis planes favoritos en Cantabria.
Me encanta la Historia, y aquí la tienes en su máxima expresión.
El Poblado Cántabro de Argüeso lo lleva un equipo de arqueólogos que han recreado un poblado original cántabro, y que conservan durante todo el año con los métodos tradicionales de la época.
En él podrás conocer cómo vivían los pobladores de Cantabria durante la Edad del Hierro. Cuáles eran sus utensilios y cómo se ganaban la vida.

La visita al Poblado Cántabro de Argüeso se hace de forma didáctica y niños y mayores nos lo pasamos pipa a la vez que aprendemos.
No te vayas de Campóo sin haber reservado llamando al 630 79 19 06 o enviando un correo a pobladocantabrodeargueso@gmail.com. En este artículo sobre el Poblado de Argüeso desvelo todos sus secretos.
¡Ojo! No comparto su dirección de Google porque el navegador te mete por un camino muy difícil.
La mejor opción para llegar al Poblado Cántabro de Argüeso es ir al pueblo de Argüeso y seguir las indicaciones que te llevan hasta el Poblado. Es un pueblo muy pequeño y no tiene pérdida.
En el mismo pueblo tienes el Castillo de Argüeso, una joya medieval en lo alto de una colina que está recién restaurada.
En Campóo es difícil encontrar un restaurante malo, pero nosotros siempre paramos a comer en el restaurante el Castillo. Ya sabes que no ganamos nada haciendo publicidad de los sitios, y así nos mantenemos imparciales.
En el restaurante el Castillo en Argüeso encontrarás comida casera excelente en un entorno único con un patio en el que pueden jugar los niños. Además, el trato es excepcional.
- Las Rozas de Valdearroyo y la Catedral de los peces
Y si te toca un verano como el que acabamos de pasar, ya sabes que puedes acercarte a esta comarca y disfrutar de su clima continental.
En él vas a encontrar playas a orillas del Pantano del Ebro.
La más peculiar es la de Las Rozas de Valdearroyo, en la que te encuentras los restos del pueblo sumergido por el Pantano y la famosa torre de la Iglesia de Villanueva de las Rozas, más conocida como «la Catedral de los Peces». Sin duda, merece la pena conocerla.

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Hola.
He visto en alguna de vuestras fotos que las rutas las soleis hacer con perrete.Son todos los lugares accesibles con perros??
Gracias porque sois muy descriptibos en vuestras explicaciones.
Hola Mónica.
Gracias por el mensaje. Efectivamente, en casi todas las rutas verás a nuestro perrín, Roco. Ya no está con nosotros, pero le verás en muchas fotos porque era un modelo fenomenal.
En Julióbriga le dejamos atado fuera, y luego nos fuimos a hacer una ruta con él.
Anímate con el tuyo, le va a encantar.
Disfruta